RENOVACIÓN CELULAR
Se conoce como renovación celular a la capacidad que tiene el organismo de lograr un equilibrio entre la división de las células (que permite producir nuevas células) y la muerte de éstas.
Existe una tasa de renovación celular para cada clase de célula. En algunos casos, la renovación celular es veloz y las células que mueren se “reemplazan” o se “recuperan” a gran velocidad. En otros casos, en cambio, la renovación celular resulta lenta.
La renovación celular no sólo está vinculada a la anatomía: la herencia genética también es importante. Por otra parte, los hábitos son relevantes en la renovación celular ya que la alimentación, la actividad física y el consumo de sustancias como alcohol o tabaco afectan el proceso.
¿CÓMO OCURRE LA RENOVACIÓN CELULAR?
La piel es el órgano más largo del cuerpo y se compone de tres capas, la epidermis, la dermis y el tejido subcutáneo, la capa más interna. Es en la epidermis donde se cambian constantemente las células muertas. Cuando te lavas las manos, cuando exfolias tu piel, e incluso de manera natural, se reemplazan por otras nuevas.
El ciclo regenerativo dura aproximadamente de 21 a 28 días. Sin embargo, existen productos que pueden ayudar a acelerar este proceso para conseguir resultados lo antes posible.
TIPOS DE PIEL
Piel normal: aunque no es muy frecuente encontrar este tipo de piel, si es fácil reconocer el tipo de piel. Se caracteriza por su suavidad, textura compacta y sin manchas y por su puesto aterciopelado.
Posee circulación sanguínea normal y es lisa y blanda según la edad.
Piel seca- deshidratada: reconocer el tipo de piel seca o deshidratada es muy fácil. Se pueden observar poros pequeños, pobreza en grasa debido al poco trabajo de las glándulas sudoríparas y dificultad para producir o conservar la humedad del agua. El cutis se presenta opaco, pálido, con escamas y tendencia a agrietarse.
Piel grasa: si usted cree poseer este tipo de piel, trate de reconocer el tipo de piel a tiempo. Los signos más comunes son aspecto graso en la superficie y aparición frecuente de puntos negros y/o pequeñas protuberancias debajo de la piel. De comprobar estos síntomas, debe cuidar infatigablemente su cutis, y no con cuidados suaves, sino con la firme disciplina, por ser la piel que más problemas suele presentar.
Piel mixta: este tipo de piel es el más común. Usted puede diferenciarlo si nota la presencia de una zona grasosa en el centro de la cara, de manera que la frente y los alrededores de la nariz y la barbilla suelen verse brillantes y están propensos a las espinillas y los poros abiertos, mientras que las zonas alrededor de los ojos, los labios, las mejillas, las líneas exteriores de la frente y el cuello suelen ser secas o normales.