En este tratamiento se inyecta CO2 en su estado gaseoso, por vía subcutánea. El CO2 carece de toxicidad, aún a dosis elevadas, no produce incremento de la presión arterial, ni variaciones en la presión parcial de oxigeno.
El CO2 restablece la circulación, aumentando la cantidad y velocidad del flujo sanguíneo, disminuyendo la acumulación de líquido entre las células, metabolizar la grasa y trabajar efectivamente en el tratamiento de fibrosis. Es decir, combate de manera eficaz el problema de la celulitis. Además, el C02 tiene la ventaja de que actúa tan sólo en la zona concreta a tratar y que se elimina rápida y fácilmente.